Por Guadalupe García Fernández
Hay una cosa que nadie se da cuenta: urbanitas, ecologistas, funcionarios y ganaderos se está tirando los trastos a la cabeza. Todos quieren lo mismo :que no se queme el monte, pero unos quieren imponer sus normas a costa de las necesidades-tradiciones-estilo de vida-conocimiento de la flora y fauna.
No todo el mundo está capacitado para dirigir a los demás, pero sí para ayudar.
Y en este caso espero ayudar a comprender algunas cosas que muchas veces se olvidan o se ignoran.
Los jabalíes campan a sus anchas en ciudades como Oviedo o Gijón, pero mucho es porque en el monte NO HAY NADA QUE COMER. El motivo es la falta de desbroces y quemas controladas QUE SIEMPRE HUBO BAJO VIGILANCIA para que los toxos, artos fulgueiras y otras lindezas de ese tipo no invadieran los montes. Antes el ganadero y CUALQUIER VECINO acudía al monte con el carro o el tractor y llegaba a casa con el mullido para hacer las camas para los animales y para HACER ABONO ECOLÓGICO. También aprovechaban para traer los árboles secos y los que impedían el paso por los caminos, antiguas de agua (por donde bajaba el agua años atrás pero que ahora no tiene agua pero si llueve mucho puede ser que vuelvan a llevar agua), orillas de ríos y arroyos, etc.. Tanto antes como ahora se hacían quemas controladas, pero siempre se procuraban hacer en momentos que no se produjeran situaciones de peligro, pero no todo se puede controlar, por ejemplo: el tiempo, el viento, la lluvia, etc.
Hoy los montes están sucios y se han quemado cientos de hectáreas y sólo se culpa al ganadero, sin tener en cuenta que acaba de terminar la campaña de saneamiento, con lo cual ya podemos sacar a nuestros animales de las cuadra y enviarlas a los montes, unos montes que están faltos de un mantenimiento, ya que muchas de las solicitudes que hacen los ganaderos para la realización de desbroces no pueden llevarse a cabo por la falta de medios, casi siempre económicos, ya que no somos millonarios, no somos ni “condes” ni “duques” ni millonarios, pero se nos considera un “pozo sin fondo” que tiene un agujero en el bolsillo, del cual el dinero sale a espuertas y lo vamos tirando por donde pasamos, porque llevamos bajo nuestro culo un tractor que cuesta 30000€ (y más) al que se le deben añadir los aperos: remolque (4000€), rotativa (6000€) o segadora (6000€), fresadora (5000€), arados (3000€), cuba (7000€), y más maquinarias que se utilizan a lo largo del año a temporadas, según las tareas que realicemos.
Todo eso sale de nuestro bolsillo a base de MUCHO ESFUERZO.
Eso es lo que la gente que viene de la ciudad ve, no el que muchos se levantan a las 5:30 de la mañana para ordeñar las vacas, para darles de comer, limpiarlas, alimentarlas, acariñarlas…. Porque a todas las conocemos por su nombre y a alguna también por el número de su crotal. El trabajo que es levantarte 365 días al año para hacer una visita a nuestros animales y comprobar que están sanos, que están bién, que el lobo o los buitres no se han comido a ninguno de nuestros animales, porque claro, ese es otro problema que también tenemos en el campo: LIDIAR CON LA FAUNA SALVAJE, tratando de convivir con ellos sin que nos ahoguen.
Pero siempre nos toca oír el típico “los lobos estaban primero” sin pensar que los lobos vivían en la sierra, no en zonas tan bajas, que se han desplazado por dos motivos:
1º- Los montes están tan sucios que no tienen donde alimentarse, ya que los jabalíes y corzos no tienen donde alimentarse y son los primeros en buscar zonas donde les es más facil alimentarse.
2º- La consejería a estado soltando desde hace años lobos criados en cautividad. Estos no tienen miedo del ser humano, ya que es quien lo alimenta. Pero para cuando llegan a estar en libertad no saben cazar puesto que es “el hombre” quien los alimentaba. Por eso se acercan a las zonas rurales en busca de alimento facil: animales que están cercados y no tienen a donde escapar.
PERO ESA ES UNA REALIDAD QUE NO INTERESA A POLÍTICOS Y/O ECOLOGISTAS.
Hoy en día los ganaderos no pueden ir al monte a tirar leña sin permiso del forestal; las piñas no se pueden recoger aunque los habitantes de las zonas rurales SABEMOS MUY BIEN que las ardillas solo se comen las que han cogido ellas y los ratones de campo NO las comen y SON TEAS; si encienden una hoguera para quemar los rastrojos de las fincas necesitan permisos y si no los tienes las multas son de aúpa; si se produce un incendio los primeros en salir a extinguir el fuego son los vecinos y ganaderos con mangueras o con bidones, si está cerca de las casas, sino los ganaderos cogen sus tractores y cubas, las llenan de agua y van a ayudar en los trabajos de extinción.
El monte, hoy por hoy, tiene demasiados “novios” y se olvida de aquél que toda la vida vivió en él siempre lo trató con respeto, ya que es donde encuentra los recursos para poder vivir, tanto si es un ganadero que envía sus animales al monte para ahorrar forrajes y que nos duren hasta pasar el invierno, como si es un vecino que va al monte a buscar un árbol, de la especie que sea, que haya tirado el viento impidiendo el acceso a cualquier finca u otro lugar.
Si has aprendido algo comparte, si tienes dudas lee el libro “El Último Cazador” y si todavía sigues sin comprenderlo no te molestes ni en contestar.
Atentamente
ALGUIEN QUE VIVE EN LA ZONA RURAL DESDE QUE SU MADRE LA ENGENDRÓ

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